28 de marzo de 2008

CRÍMENES ANIMADOS: Sekai meisaku dôwa: Hakuchô no mizûmi (1981)


El lago de los cisnes

Japón

Dirección: Kimio Yabuki

Guión: Hirokazu Fuse












Hans: ¡Margariiiita! ¡Margariiiita!


He aquí un anime de primeros de los 80 de la famosa compañía japonesa Toei (responsable de la animación de series de míticas como Candy, Candy (1976) o Mazinger Z (1972), como es fácil comprobar en la familiaridad que desprenden los dibujos y animación de esta película), que además de ostentar bastantes cualidades por sí mismo, tiene el mérito de ser uno de los poquísimos intentos que se han dado de adaptar el imprescindible ballet de Tchaikovsky a la pantalla. Y digo adaptar, porque aquí no se trata de filmar una representación del ballet con alguna gran figura de la danza de protagonista (de esas sí hay varias disponibles, también imprescindibles), sino de reciclar su historia y su mundo mágico, incluyendo además la música del propio Tchaikovski e incluso algún baile concreto del ballet, pero con un espíritu narrativo y cinematográfico como principal objetivo.





Hasta hace muy poco ésta había sido la única vez (al menos que yo conozca) que alguien se había atrevido a llevar este ballet a la pantalla de manera narrativa. En los últimos años ha surgido otra película de animación protagonizada por Barbie, de la que este Guardián va a prescindir, por lo que no puedo saber su grado de fidelidad a la obra original (aunque me lo puedo imaginar). También en 1996 surge una versión para la televisión que parece muy interesante, al coger un ballet como éste, con gran contenido femenino, y transformarlo en uno de hombres y de gran erotismo, al que tendré que echar el guante más adelante, pero que no deja de ser una filmación para televisión de una obra que ya había triunfado en teatros. Sin contar por tanto la versión de Barbie, mantengo a esta pequeña pero valiente película japonesa como la única que realmente ha intentado su plasmación narrativa a la pantalla y que además la ha resuelto con un resultado más que digno.

Ni su animación (más bien pobre, como es marca de la casa, pero con encanto), ni una pesada pareja de ardillas que ejercen el inevitable papel de secundarios graciosos e infantiles (y cuya mayor gracia consiste en oírle a él llamarla a ella por su nombre, Margarita, en la versión original japonesa), hacen mucho por elevar el film a puestos más altos que merecería. Afortunadamente, el resto de elementos, especialmente lo bien combinada que ha quedado la música con las imágenes (con momentos sublimes como el baile de los huevos de cisne, que reproduce una de las coreografías más famosas del ballet original), el diseño general de los espacios y personajes, y la introducción de elementos poco infantiles (desde el punto de vista de la opinión más conservadora, por supuesto), como muestras sutiles de incesto o un sentido de la maldad muy refinado con especial predilección por la tortura (algo que los japoneses dominan), hacen que la película se aleje de los estereotipos de las películas de animación infantiles y que abrace por el contrario la tradición del mejor cuento clásico (oscuro y terrible, pero con final luminoso), sin dejar de ser un producto ideal para los niños (o los que como este Guardián sigan conservando el gusto por la sensibilidad de la infancia).





Una película muy recomendable, imperfecta, pero en cierto sentido única; que de haberla visto de niño seguro me habría dejado una impresión aún más profunda que la actual.




Las Claves del Caso


Pericia criminal: la valentía y arrojo de la propuesta que nadie se ha atrevido a repetir (excepto Barbie); lo bien que le sienta a la película, para la creación de una atmósfera de cuento, la música de Tchaicovksky; el sentido adulto de las películas de animación que siempre ha existido en Japón y el baile de los huevos de cisne.






Bajos instintos: aunque en sentido estricto sean inexistentes, tenemos un par de elementos subyacentes cuando menos a tener en cuenta: los rasgos zoofílicos con que comienza la historia del príncipe enamorado del cisne (antes de que descubra que es una princesa de carne y hueso) y el incesto que el villano está a punto de cometer con su hija antes de que ésta le pare los pies.

Vale que hay que hilar muy fino… lo reconozco.






Pistas Delatoras: el principal problema es que la animación se ve en muchos momentos algo pobre y con ese sentido del ahorro que los japoneses tanto han explotado en sus animes para la televisión (salvando las distancias), aunque el encanto de los diseños hace que se salve bastante la papeleta; quizás también la película se hubiera beneficiado de un toque aún más duro y oscuro, que sin duda el ballet original posee, aunque la película lo deja intuir; pero sobre todo, el elemento más negativo son la pareja de ardillas, contrapunto cómico e infantil a los protagonistas, que no solo son pesadas, sino que además ocupan mucho tiempo de pantalla.






7 Pisos y media escalera

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