3 de abril de 2009

WE LIVED AMONG THE PEOPLE: los créditos


La estampa bucólica de un petirrojo acompañada de las primeras notas del inolvidable tema central escrito para Twin Peaks por Angelo Badalamenti, fueron la puerta de entrada para los espectadores de todo el mundo a un nuevo universo, un capítulo aparte en la historia de la televisión destinado a cambiar este medio para siempre. Teniendo en cuenta que la serie se sitúa cronológicamente en la filmografía de David Lynch tras su imprescindible película Terciopelo azul (1986), resulta fácil ver en el petirrojo un guiño con el final de esta cinta, en la que otro petirrojo se comía una cucaracha. También es obvia su simbología, conociendo ese dato, con el trasfondo que mueve toda la serie: por muy limpio y puro que sea algo en sus superficie, solo hace falta rascar lo suficiente, entrar lo bastante adentro, para descubrir la suciedad que esconde en su interior.







De la misma manera, los planos posteriores de la serrería Packard y del Hotel del Gran Norte con su cascada nos presentan dos de los lugares principales dónde va a desarrollarse la serie, y tanto las imágenes de las chispas que las máquinas hacen saltar a su contacto con el metal como las aguas que fluyen tranquilas en el río, pueden verse fácilmente como cargadas simbológicamente de violencia y muerte, pese a su belleza y serenidad. El agua además será la encargada de abrir la trama de la serie de par en par y estará muy vinculada a ella y a la película-precuela posterior.







Pero toda las explicaciones y el sentido que le podamos sacar a estos créditos, palidecen frente a su mayor virtud y la razón por la que aún hoy se encuentran entre los más grandes creados nunca para la pequeña pantalla, progenitores de una interminable descendencia de entradillas que llegan hasta nuestros días. Como en la práctica totalidad del cine de Lynch, la fusión de sus hipnóticas imágenes con la no menos hipnótica música nos sintoniza en la frecuencia adecuada para enfrentarnos a la serie. El lenguaje poético y absolutamente cinematográfico de este arranque asume la función del reloj del hipnotista y nos sumerge en un trance en él que todo es posible y en el que lo que vamos a contemplar no se nos va a olvidar con facilidad. Belleza, comedia, tristeza, romance, angustia y terror puro y duro nos esperan a un fundido de distancia. Si le pusiéramos una voz en off, veríamos que no muchas cosas lo separan de los créditos de Twilight Zone (1959/1964). Por favor, no intenten ajustar sus receptores. David Lynch controla la transmisión.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo que el analisis será detallado!
La verdad es que sí que resultan unos créditos de la hostia. A mi me gustaron especialmente las imagenes de la maquinaria en funcionamiento...
(ya ves que estoy haciendo los deberes!) Iré comentando según vayas publicando entradas; pero ya te digo mis impresiones iniciales: así, sí.

Daniel Miñano Valero

J.E. Alamo dijo...

Buena entrada y apetitosa! A más de uno le entrarán ganas de ver esta obra maestra.

Gabcho mató a Laura Palmer dijo...

Pues solo con ver esas imagenes del agua, me está entrando un escalorfrio del copón. Que mal rollito.
A mi estas imagenes siempre me recuerda un poco el principio del resplandor de Kubrick.
Por el mal rollo hipnotico.

Tendré pesadillas esta noche.

Kike dijo...

Grande Lynch...

Guardian dijo...

Dani: espero que cumpla con su prometido y que vaya viendo y comentando según se vaya publicando. De momento el piloto se retrasará un par de días más por culpa del jodido ordenador que me ha tenido una semana arreglándolo. Los planos de la maquinaria son, efectivamente, de una atracción inexplicable.

Álamo: espero que este análisis sirva precisamente para eso. Para que muchos que no han visto la serie no se lo piensen más y se pongan con ello, y para que los que hace mucho tiempo que la vieron la repasen.

Gab(a)cho: la conexión con El resplandor está muy bien pensada, aunque en esa la combinación de imágenes y música indican claramente sentimientos negativos y peligrosos, mientras que aquí la unión de belleza y terror es más sutil; aunque tampoco sería nada raro que a Lynch le hubieran influido.

Kike: grande!!! :)

Anónimo dijo...

Estimados comentaristas, a ver si apurais al guardian para que vaya colgando más a menudo posts de Twin Peaks, que tengo un montón de mono de seguir viendo episodios y no me queda otra que hacerlo al ritmo que el susodicho vaya publicando las entradas! Me está entrando una ansiedad...!
Firmado: la señora del ático.

Guardian dijo...

Ya ha caído el primero, Miss Áticus.