3 de abril de 2008

CASOS CRIMINALES: The Zero Boys (1986)


Los Zero Boys

USA

Dirección: Nico Mastorakis

Guión: Robert Gilliam












Rip (lanzando la pregunta a una cabaña que parece deshabitada): Jason old boy, are you here?


Curioso caso el de hoy. Un intento de mezclar dos de las corrientes populares más en boga en el cine de los 80 (y aún hoy, para que negarlo): el slasher y la película de tendencias militaristas (ya sea con comandos o con armas humanas solitarias; lo importante son las grandes dosis armamentísticas, la jerarquía y el sentido del honor). En intento se queda, realmente; y aunque en general el film puede resultar decepcionante y solo apto para degustadores ochenteros irredentos (como este Guardián), aúna, casi sin quererlo, una serie de peculiaridades que hacen que merezca un comentario.

Comenzando por su primera secuencia (una especie de juego militar en el que dos comandos han de darse caza en un decorado abandonado), podría parecer bastante claro que nos encontramos ante una alegoría testosterónica del típico grupo juvenil armado y peligroso, plagado de pijos aburridos y triunfadores del extrarradio que matan su tiempo demostrando su inútil virilidad, y llevándose como premio a la chica del jefe del grupo derrotado. Todo un arranque regocijante en sus soberanas dosis de estupidez, que hacía predecir que este caso podía ser un buen pasatiempo.



Pero basta que pasen los primeros 20 minutos, el argumento se asiente, sepamos de las intenciones del líder de la cuadrilla de ligarse a su presa (la novia despechada ya mentada en el párrafo anterior) y nos vayamos de picnic al campo (tal cual), para que en un rápido giro nos instauremos en lo más profundo y surrealista del American Gothic. Es aquí donde la película de comandos se cruza con una mezcla de Viernes 13 (1980), La matanza de Texas (1974) y Motel Hell (1980) (por nombrar solo unas pocas), sin sentido alguno y sin que las reglas que se nos han presentado hasta ese momento sirvan tampoco. Las armas del grupo juvenil prácticamente desaparecen, y estos pasan a ser, una vez más, el típico grupo de jovencitos atrapados en una casucha de la América profunda más sencilla y pervertida, que tiene en la tortura de jovenzuelos uno de sus deportes principales.





Aunque la película muestra maneras en este último campo (si somos capaces de obviar que esta segunda parte nada tiene que ver con la primera), sobre todo en lo referido a la orquestación del escenario donde se desarrollan las torturas y a la manera en que los aldeanos juegan psicológicamente con nuestro ridículo comando, también cae en no pocos tópicos y en un sinfín de torpezas que se acrecientan llegados al tramo del desenlace; dónde el conflicto se traslada al bosque, se retoma el concepto de estrategia militar (aunque se sigan obviando casi totalmente las armas) y se concluye tan inesperadamente como con todos los giros anteriores.



Al final queda la duda de si todo es un sinsentido, o a este Guardián se la escapado algo por el camino. Aún así no puedo dejar de reconocer que, precisamente por lo poco previsible de su desarrollo, la experiencia fue más disfrutable de lo esperado. Si sois fans del subproducto ochentero de videoclub, bien haréis en echarle un vistazo.




Las Claves del Caso


Pericia Criminal: el sentido lúdico y su marcado ochenterismo; los vaivenes de la historia y de su tono (absurdos, pero que no acaban de sentarle mal a la película); una atmosfera conveniente, lograda gracias sobre todo a una casi permanente oscuridad en la fotografía que también ayuda a ocultar sus carencias económicas; y el terreno misterioso en el que acaban quedando los malos de la película, de los que acabada la cinta casi nada sabemos, lo que beneficia más que perjudica al film.






Bajos instintos: aparte del escotazo de la prisionera de los Zero Boys y de las camisetas sin sujetador debajo del resto de chicas, no hay pechuga en este film; y en este caso sí que resulta imperdonable, pues un producto de este tipo lo pide a gritos. De hecho hay secuencias claramente perfectas para el exhibicionismo gratuito, ¿o acaso tiene algún otro sentido, aparte del evidente secuestro o asesinato, que una de las chicas quiera subir a pegarse una ducha estando en una choza extraña y alejándose de esa forma del grupo? Pues eso.








Pistas Delatoras: no se puede negar la cutrez general de toda la cinta, las maneras poco exquisitas (por decir algo) de su director y su terrible reparto (aunque todo ello también puede ser visto como algo positivo según la actitud del espectador); lo engañoso del elemento más destacado de su portada (las armas y la acción), cuando básicamente esto es un slasher al uso muy poco disimulado; y que en el fondo existan bastantes películas que utilizando los mismos elementos logran muchísimo mejores resultados.




6 Pisos

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